
Oye, ¿estás pensando en estudiar historia? ¿sabes para qué sirve y por qué es importante?
En este artículo entrevistamos a estudiantes, profesores y profesionales de la historia para que puedas tener una perspectiva de lo que es.
Si te fascinan las historias de civilizaciones perdidas o quizás no dejas de escuchar los mejores podcast de historia, entonces es una señal.
Normal que te estés planteando si estudiar historia vale la pena, pero seguramente te han dicho que no encontrarás trabajo o que «no vale la pena».
Veamos porque están equivocados… y seguirán estándolo. Porque:
Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla.
Contenidos (puedes navegar)
- 1 Por qué es importante estudiar historia
- 2 Para qué sirve la historia
- 2.1 La historia nos ayuda a entender a la gente y a las sociedades
- 2.2 La historia nos ayuda a entender el cambio y cómo surgió la sociedad en la que vivimos
- 2.3 La importancia de la historia en nuestras propias vidas
- 2.4 La historia contribuye a la comprensión de la moral
- 2.5 La historia proporciona identidad
- 2.6 Estudiar historia es fundamental para ser buenos ciudadanos
- 3 ¿Qué capacidades debe desarrollar un estudiante de historia?
Por qué es importante estudiar historia
Para entender
Es necesario estudiar historia para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
Éste es uno de los principales factores que justifican para qué sirve la historia y por qué es importante.
Para saber
La importancia de estudiar historia está en el conocimiento de nuestro pasado.
Saber cómo se formaron los países, los océanos, las montañas, los ríos, los valles, las llanuras… Saber cómo evolucionamos. ¿Acaso esto no es importante?
Para aprender
La historia es el registro de los eventos del pasado. Gracias a ella, es posible aprender de los errores del pasado.
Al analizar dichos errores, podremos evitarlos en el futuro. Por ejemplo, al analizar los efectos de las bombas atómicas en Japón, será posible evitar este tipo de actos crueles en el futuro.
Éste es otro de los motivos importantes que sirven para explicar por qué es importante estudiar la historia.
Para seguir
Hoy en día seguimos un estilo de vida muy distinto al de antaño, y muchas prácticas que se seguían en el pasado hace tiempo que se olvidaron.
Sin embargo, podemos seguir realizando ciertas prácticas como el yoga o la meditación para llevar una vida saludable. Sin lugar a dudas, esto pude ser muy importante.
Para dar forma a nuestro futuro
Aunque la historia es el estudio del pasado, nos ayuda a darle forma al presente. Contribuye a que podamos saber cómo nos ayudó el pasado, y cómo podemos darle forma al futuro.
Además, nosotros mismos contribuimos cada día a generar historia. Resulta obvio que éste es un motivo de peso que justifica por qué es importante estudiar la historia.
Para progresar
Si tenemos unos conocimientos básicos sobre los inventos y los descubrimientos hechos en el pasado, nos resultará más fácil desarrollar cosas nuevas en vez de empezar desde el principio. De ahí la importancia de estudiar historia.
Las personas viven en el presente. Planifican y se preocupan por el futuro. Sin embargo, la historia es el estudio del pasado.
Teniendo en cuenta las presiones a las que estamos sometidos viviendo en el presente y anticipándonos a lo que está por venir ¿por qué preocuparnos por lo que ocurrió en el pasado?
Si consideramos todas las ramas del conocimiento disponibles, ¿por qué insistir (como hacen la mayoría de los sistemas educativos) en aprender algo de historia? ¿Y por qué presionar a tantos alumnos para que estudien todavía más historia de la que se les exige?
En definitiva, ¿para qué sirve la historia y por qué es importante?
Para qué sirve la historia
Sus defensores deben explicar por qué merece la pena prestarle atención. Las materias con mayor aceptación general (y la historia es sin duda una de ellas) atraen a ciertas personas a las que simplemente les gusta la información y las formas de pensar que conlleva.
- Sin embargo, las personas que se vean menos atraídas espontáneamente hacia esta materia y que tengan más dudas sobre por qué es importante estudiar la historia necesitan saber cuál es su finalidad.
- Los historiadores no realizan trasplantes de corazón, ni mejoran el diseño de las autopistas, ni arrestan a criminales.
En una sociedad que espera (como debe ser) que la educación sirva a objetivos útiles, es posible que las funciones de la historia parezcan más difíciles de definir que las de la ingeniería o la medicina. Sin embargo, la historia es muy útil.
De hecho, es indispensable, pero los productos del estudio histórico son menos tangibles, y a veces menos inmediatos, que los de surgen de otras disciplinas.
- En el pasado, la historia se justificaba por motivos que ya no aceptamos. Por ejemplo, uno de los motivos por los que la historia mantiene su posición en la educación actual es porque los primeros líderes creían que el conocimiento de ciertos hechos históricos ayudaba a distinguir a las personas cultas de las iletradas.
- Una persona que pudiera decir al instante la fecha de la Batalla de Las Navas de Tolosa (1212), o el nombre del científico que propuso la Teoría de la Evolución más o menos a la vez que Darwin (Wallace) se consideraba superior: un candidato más apto para una facultad de derecho o incluso para un ascenso laboral.
El conocimiento de los hechos históricos ha sido utilizado como herramienta de filtro en muchas sociedades, desde España a China.
Y en cierta medida, esta costumbre sigue arraigada, y podría servir para explicar en parte la importancia de estudiar historia.
- Por desgracia, este uso puede favorecer la memorización mecánica, que es un aspecto real pero no muy atractivo de esta disciplina.
- La historia debería estudiarse porque es fundamental para los individuos y para la sociedad, y porque alberga una gran belleza.
Existen muchas formas de debatir sobre las funciones reales de esta materia, al igual que hay muchas capacidades distintas necesarias para su estudio, y muchas manteras de aportar significado histórico.
Sin embargo, todas las explicaciones sobre para qué sirve la historia y por qué es importante se fundamentan en dos hechos esenciales.
La historia nos ayuda a entender a la gente y a las sociedades
En primer lugar, la historia ofrece un almacén de información sobre cómo se comportan las personas y las sociedades.
Entender el funcionamiento de la gente y las sociedades es difícil, aunque existen varias disciplinas que lo intentan.
Una dependencia exclusiva en los datos actuales dificultaría innecesariamente nuestros esfuerzos.
- ¿Cómo podemos analizar la guerra si el país está en paz (a menos que usemos materiales históricos)?
- ¿Cómo podemos entender el genio, la influencia de la innovación tecnológica, o el papel que juegan las creencias a la hora de dar forma a la vida familiar, si no usamos lo que sabemos sobre las experiencias del pasado?
Algunos científicos sociales intentan formular leyes o teorías sobre el comportamiento humano.
- Pero incluso estos recursos dependen de la información histórica, excepto en los limitados (y a menudo artificiales) casos en los que es posible concebir experimentos para determinar cómo actúan las personas.
- Los aspectos importantes del funcionamiento de una sociedad, como las decisiones de las masas, las actividades misioneras o las alianzas militares, no se pueden analizar mediante experimentos precisos.
Por lo tanto, la historia debe servir (aunque sea de forma imperfecta) como un laboratorio, y los datos del pasado deben ser las pruebas más vitales en la inevitable búsqueda para averiguar cómo se comporta nuestra compleja especie y cómo convive en sociedad.
El motivo fundamental es que explica ofrece la única base empírica extensa sobre la observación y el análisis de cómo funcionan las sociedades.
Y las personas necesitan tener ciertas nociones sobre cómo funcionan las sociedades para regir sus propias vidas.
La historia nos ayuda a entender el cambio y cómo surgió la sociedad en la que vivimos
El segundo motivo que justifica por qué es importante estudiar la historia se basa muy de cerca en el primero.
En cualquier momento en el que intentemos averiguar por qué ha ocurrido algo (ya sea un cambio en las mayorías del parlamento, una variación importante en la tasa de suicidios de los adolescentes, o una guerra en los Balcanes o en Oriente Medio), debemos buscar los factores que dieron lugar a la situación actual.
A veces, la historia más reciente bastará para explicar un cambio importante. Sin embargo, muchas veces es necesario mirar más atrás en el pasado para identificar las causas de un cambio.
Sólo el estudio de la historia nos permite entender cómo cambian las cosas.
Sólo a través de la historia podemos empezar a comprender los factores que provocan el cambio; y sólo a través de la historia podemos entender cuáles son los motivos por los que persiste una institución o una sociedad a pesar del cambio. De ahí la gran importancia de estudiar historia.
La importancia de la historia en nuestras propias vidas
Estos dos motivos fundamentales para estudiar historia sientan las bases de usos más específicos y bastante diversos de la historia en nuestras propias vidas.
La historia bien contada es hermosa. Muchos de los historiadores más atractivos para el público lector general son conscientes la importancia de la escritura dramática y habilidosa (además de la precisión).
La historia biográfica y militar resulta atractiva en parte por los relatos que contiene. La historia sirve a un propósito real como arte y entretenimiento basado en cimientos estéticos, pero también en el entendimiento humano.
Los relatos bien contados revelan cómo han funcionado de verdad las personas y las sociedades, y plantean ideas sobre la experiencia humana en otros tiempos y lugares.
Los mismos objetivos estéticos y humanistas inspiran a las personas a realizar el esfuerzo de reconstruir pasados bastante remotos, alejados de la utilidad inmediata en el presente.
La exploración de lo que los historiadores llaman a veces “el paso del pasado” (la manera en que la gente de épocas distantes construía sus vidas) implica un sentido de belleza y emoción, y en última instancia proporciona otra perspectiva sobre la sociedad y la vida humana.
Sin lugar a dudas, esto contribuye a explicar para qué sirve la historia y por qué es importante.
La historia contribuye a la comprensión de la moral
Otra de las razones que justifica la importancia de estudiar historia es que proporciona material para la contemplación moral.
El estudio de relatos acerca de individuos y situaciones del pasado permite a un estudiante de historia poner a prueba su propio sentido de la moral para perfeccionarlo gracias las dificultades reales a las que personas de verdad se enfrentaron en contextos complejos.
La “enseñanza de la historia con ejemplos” describe este uso del estudio del pasado, un estudio no sólo acerca de héroes contrastables, los grandes hombres y mujeres de la historia que superaron con éxito dilemas morales, sino también acerca de personas más normales que ofrecen lecciones de coraje, diligencia o protesta constructiva.
La historia proporciona identidad
La historia también contribuye a proporcionar identidad, y no hay ninguna duda de que éste es uno de los motivos por los que todas las naciones modernas propician su estudio de alguna manera.
Los datos históricos incluyen evidencias sobre cómo se formaron familias, grupos, instituciones y países enteros, y sobre cómo evolucionaron manteniendo su cohesión.
- Para muchas personas, estudiar la historia de sus propias familias es el uso más evidente, ya que proporciona hechos sobre genealogía y (a un nivel algo más complejo) ofrece una base para comprender cómo una familia interactuó con cambios históricos a una escala más grande.
- De esta forma, se establece y se confirma una identidad familiar. Muchas instituciones, empresas, comunidades y unidades sociales (como los distintos grupos étnicos) utilizan la historia para fines identitarios similares.
La simple definición de un grupo en el presente palidece ante la posibilidad de formar una identidad basada en un pasado rico.
Los usos de la historia que cuentan el relato de una nación, que enfatizan las características distintivas de la experiencia nacional, buscan ofrecer una comprensión de los valores nacionales y un compromiso hacia la lealtad nacional.
Éste es otro de los factores relevantes que permiten explicar por qué es importante estudiar la historia.
Estudiar historia es fundamental para ser buenos ciudadanos
El estudio de la historia resulta esencial para formar unos buenos ciudadanos. Esta es la premisa usada de forma más habitual para justificar para qué sirve la historia y por qué es importante incluirla en los programas educativos.
A veces, los defensores de este uso de la historia buscan fomentar la lealtad y la identidad nacional mediante una historia sazonada con relatos vivos y lecciones sobre moralidad y éxito individual.
Pero la importancia de estudiar historia va más allá de este objetivo limitado, e incluso lo pone en entredicho en algunos aspectos.
La historia que sienta las bases de una verdadera ciudadanía recurre, en cierta medida, a los usos esenciales del estudio del pasado.
- La historia proporciona datos sobre el surgimiento de valores, problemas e instituciones nacionales: es el único almacén significativo disponible de esos datos.
- También ofrece evidencia sobre cómo las naciones interactuan con otras, proporcionando perspectivas internacionales y comparativas fundamentales para ser unos ciudadanos responsables.
Además, estudiar historia nos ayuda a comprender el surgimiento de los cambios recientes, actuales y potenciales que afectan a las vidas de los ciudadanos, así como sus causas.
Tanto si se trata de líderes nacionales o comunitarios, como de votantes informados, de demandantes o de simples observadores.
¿Qué capacidades debe desarrollar un estudiante de historia?
¿Qué se necesita para ser un estudiante de historia riguroso, entrenado para escribir un ensayo universitario con materiales del pasado y para analizar los cambios sociales? La lista de capacidades necesarias no es especialmente extensa, pero contiene algunas categorías que se solapan.
La capacidad de evaluar las evidencias
El estudio de la historia permite adquirir experiencia a la hora de afrontar y analizar distintos tipos de evidencias: los tipos que los historiadores utilizan para dar forma a las imágenes más precisas que pueden representar sobre el pasado.
Aprender cómo combinar los distintos tipos de evidencias (declaraciones públicas, registros privados, datos numéricos, materiales visuales, etc.) desarrolla la habilidad de plantear argumentos coherentes basados en una gran variedad de datos.
Esta capacidad también se puede aplicar a la información del día a día, y es uno de los factores que contribuyen a explicar por qué es importante estudiar la historia.
La capacidad de evaluar interpretaciones contradictorias
Aprender historia supone adquirir cierta habilidad de cara a revisar distintas interpretaciones que a menudo se contradicen entre sí.
- Entender cómo funcionan las sociedades (el objetivo central del estudio histórico) es algo inherentemente impreciso, y lo mismo puede decirse sobre la comprensión de lo que ocurre en el presente.
- Aprender a identificar y a evaluar interpretaciones contradictorias resulta esencial para formar buenos ciudadanos, y la historia permite dicho aprendizaje al ser un laboratorio muy disputado sobre la experiencia humana.
Se trata de un aspecto en el que las ventajas del estudio de la historia a veces chocan con los usos más limitados del pasado con el fin de construir una identidad.
La experiencia en el análisis de situaciones del pasado proporciona un sentido crítico constructivo que se puede aplicar a las afirmaciones partidistas sobre las glorias de la identidad nacional o de grupo.
La importancia de estudiar historia no socava en absoluto la lealtad o el compromiso, sino que enseña la necesidad de evaluar los argumentos.
Además, proporciona oportunidades para participar en debates y labrarse un punto de vista.
Experiencia en la evaluación de ejemplos pasados de cambio
La experiencia en la evaluación de los ejemplos de cambios en el pasado resulta vital para entender el cambio en la sociedad actual, y esto ayuda a comprender por qué es importante estudiar la historia. Se trata de una habilidad esencial en este mundo tan cambiante (como suele decirse).
El análisis del cambio supone el desarrollo de cierta capacidad para determinar su magnitud y su importancia, ya que hay algunos cambios que son más fundamentales que otros.
Comparar cambios específicos con ejemplos relevantes del pasado ayuda a los estudiantes de historia a desarrollar esta habilidad.
La capacidad de identificar las continuidades que siempre acompañan a todos los cambios (incluso a los más drásticos) también es otro de los factores que explican para qué sirve la historia y por qué es importante, además de la habilidad para determinar las causas probables de dichos cambios.
- Aprender historia permite averiguar, por ejemplo, si un factor importante (como una innovación tecnológica o una nueva política) puede suponer un cambio.
- O si, como es más habitual, existen varios factores que se combinan para generar el cambio que tiene lugar.
Proporciona información factual básica
- Sobre el pasado de nuestras instituciones políticas, y sobre los valores y problemas que afectan a nuestro bienestar social.
- También contribuye a nuestra capacidad de usar las evidencias, evaluar interpretaciones, y analizar los cambios y la continuidad.
En resumen, el estudio de la historia resulta crucial para promover el desarrollo de esa criatura tan huidiza que es el ciudadano bien informado.
Nadie puede enfrentarse al presente como lo hace un historiador con el pasado, carecemos de la perspectiva necesaria para esta proeza.
Pero podemos movernos en esta dirección aplicando hábitos mentales derivados del estudio de la historia, y en el proceso seremos mejores ciudadanos.